La firma de tres contratos para favorecer a la Barrick, junto a los datos arrojados por los técnicos, obliga a una explicación tanto del gobierno como de la empresa canadiense, porque, de ser así, ¿no deberían publicar los tres contratos?, a menos, claro está que esto sea un secreto o parte de un contubernio en contra de la población.
por Ivonne FerrerasDeforestación total, contaminación extrema del subsuelo, aguas y terreno de parte de la empresa Barrick Gold, es lo que le espera a los habitantes del Cibao Central, como siempre sucede con estas grandes transnacionales, que se sirven con la cuchara grande y dejan todo el problema al Estado y a los gobiernos. Es que se ha hecho el negocio del capaperros con la concesión para la explotación de este filón aurífero.
No hay lugar a dudas de esa triste realidad, después de escuchar a dos reconocidos geólogos dominicanos, Osiris de León y René Mateo, quienes durante su participación en un programa televisivo que se transmite en la ciudad de Nueva York, coinciden en que el asunto es para preocuparse, más allá del contrato con la empresa canadiense que estipula que ésta asumirá los gastos del pasivo ambiental, y que hasta el momento, es el Estado el que ha debido cargar con este pesado fardo.
¿Cuál es entonces el mayor contaminante que se producirá con la explotación del oro en la mina de Cotuí o el Cibao Central?, es la interrogante obligada. La respuesta de parte de los técnicos es clara y arroja luz sobre el peligro que se cierne en la zona y sus habitantes.
A saber: El mayor contaminante en la explotación del oro es el Hg (mercurio). Se trata entonces de una mina que produce en promedio 2.5 onzas de oro por tonelada métrica, y aunque, según los técnicos, el yacimiento tiene una parte por millón de mercurio, metal que facilita la obtención del oro, la Barrick Gold utilizará mucho mayor cantidad, lo que significaría que podrían contaminarse cerca de 400 tareas de tierra por cada gramo de oro que obtenga la transnacional.
Es decir, que para conseguir 4 onzas de oro, se necesitarían 40 libras de mercurio en forma de sulfuro de mercurio, lo que da una idea de la magnitud del daño a causar al medio ambiente, a la salud, y a la vida en general de toda una región, reputada como la más fértil de la nación.
Habrá que ver entonces si la Secretaría de Medio Ambiente sabe la cantidad de mercurio que usará la Barrick, en adición al contenido extremadamente alto en la zona, despues de la experiencia de La Rosario Dominicana, y que se traducirá en una enorme contaminación. También sería importante saber si el gobierno, como administrador del Estado, conoce los efectos que causará el mercurio en los seres vivientes de esa zona.
De igual manera, los geólogos advirtien que las enormes cantidades de ácido sulfúrico a utilizar disolverían los metales pesados y éstos pasarían directamente a los acuíferos del área, no solamente de la provincia, sino de todo el Cibao central, afectando sensiblemente la vida de los animales que beban el agua contaminada, con lo que el delicado equilibrio ecológico de la zona quedaría destrozado.
Pero no solamente ahí radica el problema. Las cosas van más lejos, ya que debido a la explotación del oro, las lomas y montañas de toda la zona del Cibao quedarían completamente deforestadas, sitiuación que aqueja al país desde hace más de seis décadas por la tala para fabricar carbón y usos agrícolas.
El problema es tan grave, que la Academia de Ciencias ha recomendado a la población de Cotuí no consumir las carpas que se cultivan en las fuentes fluviales de la provincia por el alto contenido de mercurio, producto de la primera explotación por parte de la Rosario Dominicana.
El negocio del capaperros
Por otra parte, resulta que la explotación por parte de la Barrick Gold será selectiva y la producción será vendida luego al Estado dominicano. Según la explicación de expertos, eso significa que se explotarán los yacimientos de más alto contenido de oro, y cuando se determine que las áreas de explotación restantes sean muy bajas en su contenido en oro, la Barrick, haciendo uso probable de algunos medios de comunicación a su servicio, hará un despliegue publicitario anunciando la adquisición de parte del Estado de las minas de cotuí.
Se trata del clásico negocio del “capaperros”. El contrato estipula que la Barrick Gold explotará, de manera acelerada las zonas más ricas en oro para vendérselo luego al Estado y le dejará, como es fácil deducir, los terrenos más pobres, pero esto no es nada, el documento establece que la empresa pagará solamente cuatro años de impuestos para revender después un yacimiento totalmente explotado y depauperado.
Es decir, que el estado dominicano habrá comprado a la Barrick un verdadero cascarón vacío
Peor aún, la entidad encargada de velar por el fiel cumplimiento del contrato, es decir, la Secretaría de Medio Ambiente, no ha hecho absolutamente nada para verificar que la Barrick Gold explote como es debido el yacimiento de oro, y simplemente se ha hecho de la vista gorda ante la situación, que implica un daño incalculable a la ecología, a la vida de humanos y animales y un daño irreversible a todo el territorio del Cibao.
Los tres contratos de la Barrick
Según datos entregados a quisqueyadigital.com, la empresa canadiense Barrick Gold, inició negociaciones con un contrato leonino que otorgaba al gobierno el 5 por ciento de los beneficios, los cuales serían distribuídos de la siguiente manera: 50 por ciento para el gobierno, el 40 para la comunidad de Cotuí y 10 por ciento para Bonao.
Luego, se le concedió un segundo contrato en el que otorgaba un porcentaje ligeramente mayor al gobierno. Un tercer contrato se hace posible después de que ejecutivos de la empresa se reúnen con Leonel Fernández, funcionarios del área y congresistas. Es decir, tres contratos, todos favoreciendo a la Brarrick, para culminar con una concesión en la que prácticamente están regalando la mina de oro de Cotuí, en la que, en los primeros seis años de explotación, aparte de la empresa, nadie recibirá un centavo.
Al parecer, el precio del regalo será la explotación, también, de trabajadores de la zona y el desalojo compulsivo de los moradores del área. Desde el gobierno nadie se preocupa por la situación, y mientras el gobierno se endeuda, regala una mina de oro que, según datos de la Brarrick, producirá beneficios de U$872,000,000 al año.
Datos de la Barrick de varios meses:
- Producción anual de oro…..1,000,000 onzas ( 70 por ciento más de lo que producía la Rosario).
-Costo de producción de una onza de oro…..U$275.
-Precio de la onza de oro…..U$600.
-Beneficios anuales…..U$360,000,000.
Datos técnicos actualizados
-Producción anual de oro…..1,000,000 onzas (70 por ciento más de lo que producía la Rosario dominicana.
- Costo de producción de una onza de oro …..U$275.
-Precio de la onza de oro…..U$1,146.80 al cierre el 11-20-09.
-Beneficios anuales…..U$872,000.000
Es decir, según la reflexión de los técnicos, con el precio del petróleo a U$76.72 por barril (al cierre el 11-20-09), la situación sería la siguiente:
U$3,920,000.000 por año que se gastarían en petróleo frente a U$872,000.000 por año que tendrá la empresa de beneficios.
La firma de tres contratos para favorecer a la Barrick, junto a los datos arrojados por los técnicos, obliga a una explicación tanto del gobierno como de la empresa canadiense, porque, de ser así, ¿no deberían publicar los tres contratos?, a menos, claro está que esto sea un secreto o parte de un contubernio en contra de la población.
Lo cierto es que, al parecer, alguien deberá beneficiarse de ese desastre nacional, y de seguro que ni la comunidad de Cotuí, ni la población dominicana serán los ganadores en este sorteo definido de antemano.
(Fuente quisqueyadigital.com
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