Por: NARCISO ISA CONDE | 11:11 PMLa crisis de la civilización capitalista, con sus efectos empobrecedores de mayorías y depredadores de la naturaleza, está provocando una creciente indignación mundial, que se expresa en novedosas movilizaciones a escala planetaria.
El sábado 15 de octubre ha sido escogido como día de la indignación simultánea y coordinada en numerosos puntos del planeta.
Aquí, “Democracia Real” ha programado la Feria de los Movimientos y las Luchas Sociales a realizarse ese día en el Parque Colón de Santo Domingo y en otras plazas del país; iniciativas que debemos apoyar con toda el alma. Así lo ha decidido el proyecto-Campamento ¡NO más!
Alienta que en estos días las fuerzas empobrecidas de Estados Unidos se lancen a las calles y escojan a Wall Street y su “avaricia”, símbolo del gran capital imperialista, como blanco de ataque.
El tono antisistémico de las movilizaciones globales crece. Aquí necesitamos dar un salto en esa dirección, superando el “reivindicatismo” tenue, el reformismo funcional al “orden establecido” y el electoralismo blandengue.
Este gobierno debe ser emplazado y condenado. Pero además, hay que impugnar los pilares del modelo neoliberal y del sistema de dominación, desde el auge de la democracia de calle. La partidocracia no es solo morada. Es también blanca, colorá y de otros colores subordinados.
La oligarquía no ha desaparecido, se ha tornado más fuerte y voraz. El imperialismo, en su fase senil, es más cruel y brutal.
Y si alguien lo duda, que mire a Barrick y Uni Gold, La Hispanola, Gold Corp… y revise la apropiación de valiosos terrenos urbanos, rurales y costeros por viejos y nuevos megarricos, mediante procedimientos espurios y concesiones amañadas. ¡Unos 15 magnates, empresas y corporaciones están identificados como ladrones de espléndidos recursos naturales!
Las privatizaciones del patrimonio público y natural de país en la “era neoliberal” han tenido nefastos efectos. Los beneficiarios de la gran corrupción estatal tienen nombres y apellidos. Esta realidad no debe ser ignorada. Aquí tenemos nuestro Wall Street y nuestro Estado delincuente.
En esas direcciones debe apuntar la indignación popular. Esa es la forma de construir alternativas, no simplemente sumando “partidos minoritarios” que les dan la espalda a temas y luchas cruciales.
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